MÚSICA

miércoles, 14 de septiembre de 2011

OSHO- IX HACIA EL MÁS ALLÁ- TANTRA LA SABIDURÍA SUPREMA



OSHO- IX HACIA EL MÁS ALLÁ- TANTRA LA SABIDURÍA SUPREMA
IX
HACIA EL MÁS ALLÁ
19 DE Febrero DE 1975

La canción continúa

“Uno no debe dar o tomar
sino permanecer natural, que Mahamudra
está más allá de toda aceptación o rechazo.

Puesto que alaya no ha nacido,
nadie puede obstruirlo o mancillarlo;
existente en el reino de lo no-nacido
toda apariencia se disolverá en el Dharmata.
y la voluntad y el orgullo se desvanecerá en
la nada”.

La mente común quiere tomar más y más del mundo, en todas direcciones y dimensiones. La mente común es un gran parásito, un mendigo, y su demanda es tal que no puede ser satisfecha, es infinita. Cuanto más toma más anhela; cuanto más tiene más desea. Se vuelve un hambre obsesiva. No existe la necesidad en el ser, pero sí la obsesión y uno se vuelve más y más angustiado porque nada le satisface. Nada puede satisfacer la mente que continuamente pide más. Esta situación febril no tiene término.
La mente común sigue comiendo, en sentido metafórico, no sólo cosas sino personas también. El marido quisiera poseer a la esposa tan absoluta y profundamente que es una forma de devorarla; quisiera comerla y digerirla para hacerla parte de él. La mente ordinaria es caníbal. La esposa quisiera lo mismo: absorber al marido tan totalmente que nada quedase de él. Ellos se devoran uno a otro. Los amigos hacen lo mismo, los padres también con respecto a sus hijos; los hijos con respecto a los padres. Todas las relaciones de la mente común consisten en absorber al otro completamente.
Y existe también la mente extraordinaria que es justamente lo opuesto de la mente ordinaria. Debido a la mente común, surge la extraordinaria. La religión predica acerca de ésta. Dice: “Da, participa, dona”. Todas las religiones enseñan que uno no debe tomar sino dar. La caridad es predicada y con ello se crea la mente extraordinaria.
La mente ordinaria siempre vivirá en sufrimiento, porque el anhelo continuo nunca puede ser satisfecho y siempre estará deprimida, triste. La mente extraordinaria cultivada por las religiones siempre estará feliz; cierta dosis de contentamiento la acompaña porque no pide más, por el contrario, da. Pero en el fondo es igual a la mente ordinaria.
El contentamiento no puede ser muy profundo, es sólo superficial. Ha totalmente variado y se ha convertido en el reverso de la mente ordinaria. Está haciendo shirskasan, parándose de cabeza; pero es la misma. Ahora tiene el deseo de dar más y más, sin fin. Estará contenta, pero en el fondo se puede detectar cierta calidad de tristeza.
Siempre se encuentra esa calidad de tristeza en los religiosos. Contentos, puesto que dan, pero tristes porque no pueden dar más. Nada será bastante.
Así que hay dos tipos de sufrimiento: el ordinario de la gente común y corriente que hay por dondequiera, toda la Tierra está llena de los que piden más y nunca están satisfechos. Entonces surge el otro sufrimiento que tiene cara de contentamiento, en los sacerdotes, monjes, gente que vive en monasterios y ashrams, gente que siempre está sonriente, pero cuya sonrisa esconde cierta tristeza uno no puede dar infinitamente, ¡nadie tiene bastante!
Estos dos tipos fácilmente se encuentran. Los religiosos son cultivados por el cristianismo, judaísmo, islamismo, hinduismo. Esto es mejor que la mente ordinaria, pero no puede ser la última palabra en el terreno de la consciencia; aunque sea mejor sufrir como emperador que como mendigo.
Osho- Tantra La Sabiduría Suprema
IX Hacia El Más Allá
19 de Febrero de 1975
Págs. 244,246